viernes, 31 de julio de 2009

28. Larga noche

Otra noche larga, con los ingleses visitandonos a toda orquesta y cañón. Esta vez el pozo era el de la enfermería, ahí estábamos acurrucaditos mientras los cañonazos caían y caían, en los habituales grupos de a 5, sacudiendo cuerpo y alma.
Al acomodarme, entro en el pozo y para acomodarme, poniendo mi espalda contra la pared del pozo, me apoyo sobre mi mano derecha, siento un crack. Instintivamente, lo miro a Abel y le digo, "algo se quebró" No te preocupes ahora, dejame entrar y después vemos. La fisura de la mano derecha se transformó en fractura y el 2do metacarpiano se soldó, más abajo, el dedo quedó corto, la articulación enorme.
Esa noche pensé que no salíamos vivos de ese pozo, nunca pensé que se podía desear la muerte a los 26 años debido a la intensidad del fuego naval. "Ahora entra y se termina, entra y se termina.
No entraron.

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