martes, 4 de agosto de 2009

39. Bahía Fox como la conocimos en 1982


Fuente: www.aposmalvinas. com.aar Ing. Daniel Gionco

38. Los dos Harriers que nos atacaron en Puerto Rey



Fotos facilitadas por un veterano inglés.

37. Se movió la estantería y fin de la historia

Después del post de El regreso es poco a poco, se me movió la estantería y fuerte, es ahí cuando uno empieza a darse cuenta que hay que buscar la razón por la que los Veteranos de Guerra, no quieren hablar.

Por mi experiencia, la guerra al ser una generadora de crisis infernales en los directos protagonistas del conflicto, nos lleva a lo más primitivo y profundo de nuestro instinto de conservación. En esa situación se ven las virtudes de los otros y se palpan extensamente todas las propias miserias. No es agradable y se genera un enorme deseo de tirar el tiempo para atrás y hacer las cosas de otro modo, del que pensamos que es correcto y no el modo en que nos salió. La vergüenza, no es un ratito como dijo un preclaro político argentino, el Concejal Constanzo, te dura demasiado tiempo. Por eso, no hablás y no te podés dar cuenta que a los otros les puede pasar lo mismo, ves virtudes ajenas y miserias propias.
A veces pienso que es pudor de mostrarse desnudo ante los demás frente al miedo, a la angustia, a la desesperación de no saber como manejar todo eso que bulle dentro nuestro. Sobre todo las miserias.
Uno tiene la certeza que tiene miedo, que algunos, solo al principio, no sabían manejarlo y otros, que supimos hacerlo en escasos momentos.
Para mi, valiente no es aquel que nunca tiene miedo. Ese es un temible temerario que puede llevarse, y llevarte a la muerte sin saber. Valiente, desde mi punto de vista, reitero, es aquel que teniendo miedo, sigue conscientemente adelante para cumplir un objetivo para beneficio de otros y consciente del riego que corre, lo hace sobreponiéndose. A ellos, todo, pero todo mi respeto y gratitud porque lo hacen pensando en cuidar al prójimo.

No es, ni ha sido mi caso. Lo mío fue... que se yo, que fue. Supongo que mi Ángel de la Guarda, trabajó a mil durante todo ese tiempo y le estoy profundamente agradecido porque me trajo de vuelta, porque volví a la Iglesia, porque pude ver y vivir muchísimas cosas, que mejor si las evitás, pero que si no sería estúpido no capitalizarlas.

Agradecido por la familia que formamos con mi mujer, a quien conocí a mi regreso, y que desde hace 25 años me viene bancando con todos mis rayes (locuras) y periódicas crisis, cada vez más espaciadas. por los dos maravillosos hijos que criamos y que son luz para mi vida.

Algunos resabios que me quedaron:

Después de 6 meses de pasada la guerra, no pude dormir por 4 meses más de dos horas por día, por suerte me recuperé a pleno.
No puedo estar en lugares oscuros u oscurecidos.
No pude presenciar el parto de mi hija mayor, 5 años después de la guerra, porque no podía entrar ni a un quirófano, ni a una sala de partos.

Todo necesita un cierre, y aunque quedan cosas en el tintero, no es este el momento de seguir escribiéndo. Ahora viene un periodo de reflexión y si Dios quiere, más hechos, anécdotas y personas surgirán en el recuerdo y serán volcadas.

Gracias por leerme, me encanta saber que lo han leído y me encanta saber su opinión, cualquiera fuese. Escriban los comentarios que les surjan, manden mail, los contestaré, pongan sus impresiones.

Un abrazo fraternal, los que me conocen personalmente saben que soy así, jodido, ácido pero fraterno.

Buenas noches.

3 de Agosto de 2009