viernes, 31 de julio de 2009

29. Civiles, del otro lado del mostrador

Ya había empezado junio, seguíamos en Fox, bombardeados noche por medio por los ingleses, visitas de los Harriers, caminando en algún momento del día entre la gente del Carcarañá, de Ejército, los amigos de compartir una etapa muy intensa de nuestras vidas.
El mayordomo de la estancia, un canadiense, hablando, nos dijo, "15 años buscando un lugar tranquilo en el mundo, lo encuentro y a los 5 años, miren lo que pasa. Seguiré buscando".

Compartía su amplia casa con 4 o 5 habitantes de Puerto Argentino, enviados a Fox para que estén más "resguardados". La casa no tenía comunicación ni con el pueblo, ni con radio.
El sistema telefónico de la isla, era por un sistema telefónico alámbrico. Uno de los "resguardados" no quería aceptar la situación y discutía con los oficiales de Ejército por ese tema.
Un día, sale de la casa, con una escalera muy decidido coloca la escalera contra un poste y empieza a subir para conectar el teléfono.
Justo andaba alguien por ahí, esperó a que se subiera y con la pistola tiro 3 o 4 tiros, lejos del inglés pero lo suficientemente cerca como para que el retobao en cuestión bajara de la escalera cual Flash y encerróse en la casa por el resto de nuestra estadía. A buen entendedor, pocos tiros...

1 comentario:

  1. Estimado Pancho, luego de tu recomendación el domingo en la capilla, decidí leer tu relato que me pareció muy interesante, sobre todo tus reflexiones finales. Personalmente no tengo mucha información de las vivencias que ofrece una guerra salvo algunas contadas esporadicamente y con cuentagotas. Te felicito por la valentía de re-sentir estas situaciones que seguro es tarea dificil. Gracias por compartirlo.
    Ariel

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