martes, 7 de febrero de 2017

Ficción: Gases, malditos gases...

Desesperado el hombre estaba en su pozo esa noche de Junio, agazapado. No se oía nada. En la profundidad de la noche mientras estaba oculto, el silencio era, extrañamente, absoluto. Raro, muy raro que en una noche de Junio el silencio fuese tan profundo. Habían combatido todas las noches anteriores y esa noche, hasta el momento, no había combate.
Tenía una preocupación, había algo que lo tenía muy inquieto, justo esa noche, que no presagiaba nada bueno en la proximidad del combate cuerpo a cuerpo. Él tenía inquieto y quejoso a su intestino. Ese intestino traicionero, ligado a su mente., activo, efervescente Justo esta noche, no. Si, justo esta noche, si. Esta noche, la reputísima madre, estaba con gases.
Gases de origen muy natural, entre el alimento y la tensión de la situación, junto a la intervención quirúrgica que le desmejoró notablemente la digestión. Las consecuencias, a la hora de procesar el poco alimento que ingería, eran siniestras, insoportables, fétidas, insufribles. No había pituitaria en la compañía que resistiera. El pozo, como buen refugio que era para el combate, no ventilaba. No se podía renovar el poco aire que quedaba en el pozo desplazado por esa soez mezcla de gases sulfhídrico, hidrógeno puro, extracto de caballo muerto hacía 5 días. Ni abanicando.,.. que digo abanicando, una turbina de avión se necesitaba para extraer ese vaho espeso, casi untuoso. Necesitaba una pala para poder sacar lo que de su intestino salía en estado gaseoso.
Era una palada de aliento del omnipresente Belcebú que provenía del mismísimo Averno. Mezcla de azufre, hidrógeno, proteínas varias, no había forma de disimularlo, ni diluirlo. Consistente, si había algo que tenían los pedos que se le caían era consistencia. Era un milagro de la naturaleza que fuesen evacuaciones en estado gaseoso. Estos pedos golpeaban, abrazaban, se encariñaban con uno como si no hubiesen sido suficientes los retortijones intestinales, se quedaban ahí, en fraterna compañía, como mimándote... según sus propios parámetros.
Persistente y compañero, era difícil desprenderse de él, aún corriendo. Lo envolvía, lo rodeaba, se expandía, se concentraba, tenía inercia. Si, inercia. Te ibas del lugar del lanzamiento y regresabas a los 5 minutos y ahí seguía el pedo, muy orondo, instalado como si fuese con derecho propio, decidido a quedarse, a dejar su rastro en esta tierra.
Pensó correrse unos metros, aliviarse sin pausa mientras algunos disparos marcaban el inicio de un posible combate. Habrán sido patrullas las que se escuchaban en combates no muy distantes.
La solución era tratar de engañar al enemigo. Ir, tirarse tres, cuatro o cinco de esos "sordos ardientes" esperar agazapado y cambiar de posición.
¿Podré hacerlo? pensaba desesperanzado el emanador sulfhídrico. “No me van a ver, estos hijos de puta pero me van a oler, la puta madre. Me van a oler...” ¿De dónde viene el viento?
Por ahí piensan que es una compañía de cagones, porque el olor jamás podría pensarse que proviniese de un solo intestino. No había culo humano que pudiese resistir tal ardiente ignominia en completa soledad. El cuerpo no es zonzo, y afloja lo que tiene que aflojar para generar el menor daño colateral en caso de herida en el combate.
Ahí estaban en clan, en franca tertulia, el esfínter, el intestino grueso, las nalgas desacomodadas, el calzoncillo empapado en sudor pese al frío pero acorde a la tensión del momento.


Como le habrá ardido el tujes en el momento de la partida de un "sordo" que temía que el inglés tuviera visor infrarrojo

La nube “in crescendo” saliendo de su trasero iba a verse como el sol en el visor infrarrojo en manos de un inglés. Algo había que hacer para evitar una muerte tan indigna. Morir “culo al norte” en las islas del sur, un oprobio. Si había algo que le preocupara no era la Muerte si no como,
¿Meterse en un pozo que tuviese agua? Si se enfriaba el culo, a lo mejor la nube del pedo no se vería en el visor infrarrojo... Tenía miedo de no abrir bien las nalgas para que estas no acompañasen el abrir y cerrar del esfínter cual trompeta de Chet Baker a todo trapo. ¿El agua en el culo haría ruido? ¿Qué pasaría con las burbujas al llegar a la superficie? ¿Harían ruido? La cantidad de dudas y preguntas que podía generar su desesperación solo fue superada por la generación de más gases en su intestino, en su florido incomprensible e incompresible intestino. No podía comprender porque tantos gases se generaban en su aparato digestivo, ni podía comprimir el culo para que no evacuasen, muy inoportunamente, en ese preciso momento.
¡Mierda! Lo único que deseaba en este momento, era un duelo de artillería para poder largar todo junto. Viniese como viniere ese maldito pedo, solo o acompañado. Ese pedo gritón que se le asomaba irreverente e insostenible.
A lo lejos sobre el mar un fogonazo detrás del otro, el sordo retumbar del cañón naval, el silbido del proyectil acercándose al blanco, la tierra que se estremece bajo el impacto y el culo que se afloja largando todo, pedo y compañía.
Seguían cayendo las pepas del enemigo junto con la caída de los flatos de su maldito, inconsolable y caprichoso intestino.
Inexplicable para cualquiera que no fuera él mismo, la expresión de felicidad supina y profundo alivio que expresaba su rostro con cada bombazo que caía cerca de su posición.
Finalmente la descompresión de ese maldito laberinto interno que era el puto intestino, era completa, con o sin acompañamiento, el intestino evacuó.
Contento y feliz, aliviado salió del pozo. Un proyectil de 7,62 mm le dió en el hombro en ese momento de feliz descuido, lo tiró, lo hirió, lo revolcó.

No hay nada que hacer después del pedo, siempre viene la cagada... pensó mientras se desmayaba e iban en su auxilio.

sábado, 25 de abril de 2015

Amenaza cercana: la incertidumbre

No sé que historia tenemos con tomar o no tomar decisiones. Nos falta información, nos sobran dudas. Queremos tener el último dato hasta el último momento. Es extraño, a algunos les intimida no poder tomar decisiones, a otros les intimida tomarlas.
Se acerca la Flota, los tan no esperados, los que no iban a venir porque era muy lejos.
Entonces la Incertidumbre reina sobre nosotros, vestida de diversos modos. La incertidumbre de si van a atacar, la incertidumbre del cómo, la incertidumbre del que haré y del que haré hacer, si estaré a la altura de la circunstancia, si me sobrepondré a mi miedo para guiar a otros. Si me guiarán, si moriré. ¡Cuántas maneras de presentarse una sola cosa y todas al mismo tiempo!
Si, la Incertidumbre tiene muchas facetas como si la cuadratura de la esfera, no la del círculo, en cada punto nos muestra un modo distinto de no dejarnos en terreno firme.
Es una antesala del Infierno el no saber que hacer y es la puerta más accesible desde esta dimensión humana. Si, no saber como se va a reaccionar, las alternativas posibles de acción pasan todas por la cabeza, a veces claras otras confundiéndose unas con otras o ¿ es que son muy parecidas o no tienen variantes? ¿Un solo camino de acción para muchas cosas? No sé, no me parece. ¿Me acompañarán, acompañaré, estaremos unidos en el combate? ¿Servirá lo entrenado, lo practicado y lo estudiado?

¿Dónde tengo que cambiar para desorientar al enemigo sin desorientar a los míos?


¿Qué podré hacer?

Si, la Incertidumbre es la cuarta parca en este momento revivido.
Es en este momento donde se recorre el camino de la cuarta dimensión, no como protagonista si no como espectador alimentado por nuestra nave en el tiempo que es la memoria propia y la ajena. 
Vemos muchas cosas que no podemos cambiar para ese momento pero si somos conscientes no lo repetiremos por malo o lo repetiremos por bueno. 
El pasado fertiliza al futuro. Es como tratar de limitar el poder de esa maldita incertidumbre. 

jueves, 11 de diciembre de 2014

No sé porque lo escribí, si no es lo que siento

No me digas,
no me escuches,
no pienses que es la suerte.
Es la vida, es la hora,
en que ha llegado mi muerte.

No lo pienses, ni recuerdes
lo mal que te hice,
en esa vida dura
que vivir te hice.

Es la mente, es el delirio
en que pasé esos años
Es querer de un modo raro,
que difícil de entender
por el daño cometido.

Es el amor mal dirigido
que jamás quise hacer
por no saber conocer
el querer de modo sano.

El cubrir, el proteger,
el luchar y el amar
se confunden en
modo extraño.
Lo siento mucho

si solo te hice daño.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

A medias, entre jodidos y cobardes.

Hay dando vueltas desde principios de año un proyecto de ley presentado por el diputado mendocino del FpV, Guillermo Carmona, con el objeto de otorgar un Régimen previsional excepcional y optativo para "Ex combatientes y civiles" que participaron en el conflicto de 1982.
Serán los años que llevo vividos, las canas en la cabeza y las malas experiencias las que a uno le dan esperanza nula de que ese beneficio, que ya se propuso con anterioridad, salga aprobado.
Si hay un momento que es "electoralmente oportuno" es este fin de año antes de las próximas elecciones presidenciales para que salgan muchas leyes.

Me pasa el dato del proyecto, un Veterano y, amablemente o no tanto, lo mando al carajo quitándole toda expectativa sobre las posibilidades de la aprobación de un proyecto así.

De curioso y pelotudo, nomás, de todos modos, verifico la realidad de la existencia de ese proyecto. Existe Google, que es el cantaclaro del siglo XXI y confirma la especie que me dá mi hermano de combate, José Caggese: el proyecto existe.

Sigo el hilo de Ariadna que está en la evolución de la actividad parlamentaria y me encuentro con la, grata sorpresa, que el proyecto 1599-D-2014, había pasado favorablemente por las comisiones de Seguridad Social y Defensa de la HCD de la Nación.

Recordando las expresiones de nuestros enemigos me dije: "Bloody bastards! Esto puede caminar.

Si, es cierto,  camina pero nunca falta el jodido que le pone la pata al rengo o al cieguito...

Para muestra vale un botón, en este caso un link:

http://www.parlamentario.com/noticia-77942.html

El proyecto presentado por el diputado Guillermo Carmona, tiene detalles que indican, conocer la problemática del Ex-combatiente (para mi Veterano de Guerra, pelear seguimos peleando en la post guerra, sobre todo con y contra los recuerdos).

El primer detalle es que pone como edad mínima para la obtención del beneficio 48 años. No es porque el proyecto venga dando vueltas desde hace rato, asegura que todos los que participaron en la condición de revista enunciada puedan obtenerlo.
El segundo detalle es que se necesitan 10 años de aportes al SIPA como condición necesaria para su obtención.

Esto implica que Carmona pensó muy bien por su cuenta o fue bien asesorado porque una mayor cantidad de años de aportes, probablemente, deje afuera a muchos Veteranos, que por su condición no pudieron conseguir trabajo formalizado durante mucho tiempo. Diez años de aportes para muchos tampoco será fácil pero si el VGM se "estabilizó" durante periodos distintos quizás pueda llegar con facilidad a esa cantidad de años aportados.

En la noticia, que supongo, ya habrán leído, el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Cdor Feletti, propuso que la edad mínima debería ser entre 53 y 55 años y el tiempo de aportes al sistema previsdional, más extenso.

De ahí, el título: A medias, entre jodidos y cobardes.

Jodidos porque los conscriptos que participaron en la Guerra son clases 1963 y 1962. La clase 1963 era la recién incorporada y la clase 1962, los soldados viejos, que en su gran mayoría, se presentaron en sus unidades casi antes de ser convocados o inmediatamente después de tal convocatoria.

Si hacemos alguna mínima cuenta, la gran mayoría de los posibles beneficiarios no podrían optar por el beneficio planteado en lo inmediato. Deberían esperar de 2 a 4 años. 
Es cierto que uno no se debe ilusionar con los proyectos parlamentarios, pero la sensación de frustración presente en los Veteranos, luego de saberse que esta propuesta en una reunión de plenario de comisiones fue aprobada por la mayoría de los diputados, en especial del FpV, solo puede ser provocada por un jodido, no por alguien que quiere hacer algo bien. Quizás sea ese mi error, pensar que se quiere hacer algo bien para los demás.

Falta que explique el porque de cobarde: Si uno va a decir que NO, tiene que tener el coraje de decirlo claramente y bancarse la reacción que se puede generar. Alguna vez me dijeron que eso es compromiso y responsabilidad.

No es de bien aprendidos, como decía mi querida profesora, la Sra. Clara Ruderman, querer aparentar algo cuando en realidad se hace un acto que genera un efecto contrario. Seré más específico: Si te doy el beneficio no hoy, si no dentro de 2 o 4 años y, si no pudiste aportar XX años, quedás afuera.

Ya dijeron que no otras veces con este tema o lo mandaron al freezer.

Señores Diputados, y no me refiero a Guillermo Carmona, quien evidentemente, pone toda la carne en el asador, subir la edad a entre 53 y 55 años, es joderle la vida a muchos Veteranos que están agotados porque la cabeza no te da más por el desgaste sufrido, porque querés aprovechar tus años de madurez activa pudiendo moverte, actuando en otras cosas con la energía de un adulto maduro en la temprana cincuentena.

Poner más años de aportes es joderle la vida a muchos que no tuvieron posibilidad de encontrar un trabajo formalizado durante mucho tiempo porque no le había, que tuvieron que trabajar en negro para darle de comer a su familia, que no siempre pudieron "entrar o mantenerse dentro del sistema" porque sus condiciones síquicas no se lo permitían. 
Eso es todavía muchísimo más grave que decir NO de frente, explicando las razones que suponen verdaderas porque eso es de hombres y mujeres de coraje, que las hay y muchas.

No tengo ninguna duda que la situación actual de los Veteranos de Guerra es absolutamente distinta y de mayor contención y beneficios desde que este gobierno está. Es indudable e indiscutible.
No arruinen con una decisión a medias, lo que hicieron hasta ahora y si los posibles beneficiarios, como dice el Dip. Carmona seríamos unos 4.700, entiendo que la incidencia en el erario público es mínima.

Espero de todo corazón que digan que sí al proyecto sin modificaciones ya que nos generarán una mejor calidad de vida a los Veteranos involucrados. 
Aportamos al Sistema previsional, y envejecimos.

Lo último que quiero recordar, es que a un soldado, de cualquier jerarquía, se le puede enseñar como actuar en situación de combate comprometida. Lo que JAMÄS se puede hacer es preparar a alguien para ver lo que verá en sus camaradas, muertos y heridos. Por eso, muchos veteranos están mal.

No los dejen afuera.

Pancho

P.D. Soy VGM civil, tengo 59 años y casi 30 años de aportes. Si el proyecto se aprueba tengo todas las posibilidades de tomarlo pero muchísimos no podrán hacerlo, ni siquiera por haber tomado una decisión al respecto por ellos.