domingo, 26 de julio de 2009

18. Operación Peceto

(La historia es cierta, el diálogo no apostaría mucho, pero si algo)
Minorini Lima, desde mi punto de vista absolutamente personal, tiene dotes de líder. Buen administrador, flexible e inteligente. Como bien dijo el Tte Jaureguiberry, veníamos para 40 días de ocupación y ya llevamos 60 de guerra. La logística no es la misma para un caso que para el otro.
El Jefe había llegado a un acuerdo con el Mayordomo de la Estancia en el que se podía carnear ovejas, 2 o 3 por día que las había en abundancia, pero no vacas. Eso permitía que pudiésemos comer, por lo menos una vez al día carne.
Argentinos que somos, propensos a saborear carne vacuna antes que otras, ver unas vacas caminando por ahí, entre medio de tanta vicisitud, lo llama a Satanás, o por lo menos al diablo encargado del gusto y el estómago, suponiendo que sea uno solo para ambas tareas.
Una tarde de mayo, el 2do está de recorrida con el Jefe, y por ahí caminaba un novillito pastando por un potrero.
"Linda vaquita, mi Mayor"
"¿Cuál?"
"Esa por allá, mirela" mientras le alcanza los prismáticos.
Toma el Jefe los prismáticos y mira ese ejemplar de la raza vacuna en un lugar tan desolado y frío.
"No joda"
"Jefe, esta noche, ¿Operación Peceto?"
"Quedé con el Inglés que vacas no"
"Con tanto campo minado, mi Mayor, la vaca se puede meter sin saber..."
Así fue como cada sección recibió su parte equitativa de carne vacuna y el Inglés, al otro día, a un compungido oficial del EA mostrándole el cuero destrozado de la pobre vaca que pisó una mina.