sábado, 25 de julio de 2009

17. Ronda nocturna

Así entre alarmas rojas, grises y amarillas, sobrellevabamos la incertidumbre en la que vivíamos.
Una noche, una de las secciones no tenía comunicación, era la más alejada. Todavía no habíamos sufrido los bombardeos navales, así que fue antes del 25 de Mayo, fecha de la primera función del "british night show de las fragatas inglesas".
No nos podíamos comunicar por radio, no me acuerdo si el sistema alámbrico no llegaba hasta ahí o si se había roto antes. Lo más probable era que se hubiesen quedado sin batería, ya que debíamos recargarlas en el poblado. Le paso la novedad a Medina, 2do de la Ca.
Uno en estas circunstancias, no de guerra, si no de vida, hasta diría de casado, hace la pregunta que sabemos tiene una respuesta obvia y que, lógicamente, no es exactamente lo que más ganas de hacer, en ese preciso momento, tenemos. Ej: Viene uno de tus hijos mayores pero no tanto y te dice: "Pepe (el bebé) ensució el pañal". Los hombres, probablemente preguntemos "¿Hay que cambiarlo?" y el pibe te mira con cara de "Si te aviso es porque se cagó hasta la nuca. Si, viejo, dejate de joder y cambialo porque mamá no está" Todo en una mirada.
Acá el bebé no había ensuciado el pañal, pero era evidente que teníamos que ir hasta la posición a ver y reemplazar lo que se había jorobado.
Agarramos un VHF y una batería, que era de las grandes y nos fuimos en un Mercedes Benz Jeep de los que eran último modelo en esos años.
De noche, sin conocer el lugar, iba de acompañante, mientras el Cap Medina, manejaba y un cabo nos acompañaba, sentado atrás.
Mientras íbamos se escucha una pregunta, para mí, absolutamente retórica. "Uhh, acá estaba la turbera, ¿A la derecha o a la izquierda? Creo que mi cara de desconcierto se veía en la escasa luz de la noche. "A la derecha" dijo y hacia ese lado volanteó Medina. Murphy existe y su ley está omnipresente.
Huelga decir que con el MB nos enterramos de tal manera que casi no podíamos abrir las puertas del vehículo. ¿Y ahura?. La batería era una de camión, no era para llevarla a pulmón y menos con la calidad de terreno de las islas.
¿Entonces? "Uds dos detrás mío a cada costado. Yo sé quien está en cada posición y donde están. Volvemos al pueblo a buscar un camión.
No era lejos, pero sin puntos de referencia, en la oscuridad de la salvaje tierra malvinera, parecía el cruce de los Andes (poéticamente hablando, no se lo tomen en serio).
El cabo me dice: "Pancho, si hay tiros, yo a la izquierda y".. "Si," le digo, "yo a la derecha, ya lo había pensado."
Por agilidad, el más rápido iba a ser él, no yo. Su riesgo era que además de poder morirse de un balazo de propia tropa, muriese aplastado debajo mío. Tampoco yo quería sobresalir más de lo inevitable en un caso como ese.
 
Así fue que gracias al buen conocimiento del terreno por parte del Cap Medina, también de noche, llegamos a buen puerto con los pies hinchados porque era como caminar en una calle adoquinada a la que le faltan algunos adoquines y otros no, sin luz.
 
Agarramos camión, algun personal más, nos fuimos hasta el jeep, del lado correcto, cargamos la batería y el equipo y hasta la posición nos fuimos.
No me acuerdo si reemplacé algo, si pudimos dejar comunicado todo o que, pero empezamos a eso de las 2100 y terminamos como a las 0200, de vuelta en el puesto comando, a seguir la guardia.