viernes, 24 de julio de 2009

15. Puesto Comando

Así fue que, con el Gordo Bechi, nos ponemos a ver el equipamiento. Eran equipos de radio aficionados requisados a los kelpers, había de todo. Empezamos a ver lo que teníamos disponible. creo que un Yaesu HF, mientras miraba como armar unos dipolos además de una long wire, junto con Raúl, nos atacan un par de Harriers, que tomaban como blanco principal al Bahía Buen Suceso. El caso es que, la trayectoria de ataque al buque pasaba justo por encima del puesto comando que tenía la Ca Ing 9, en ese momento, y que suponemos era un alojamiento para trabajadores de temporada, esquiladores, cocina, comedor enorme, habitaciones con varias camas en la planta superior, lugar para el puesto en si.
En el momento del ataque, se escucha la voz del Jefe, Civiles y colimbas al pozo. El resto conmigo, y ahí nomás salieron y salimos todos, algunos soldados nos mostraban donde nos convenía tirarnos en estos ataques y era en la barranca que daba a la bahía.
Minorini tiraron con armas de infantería, trataron de disparar uno de los SAM, que tenía FAA con el Alférez Ugarte (ahora Brigadier) pero no salió.
Una vez pasado el ataque, vuelve Minorini con Medina y sus suboficiales y deciden trasladar el puesto comando porque al Buen Suceso no lo iba a mover nadie.
Nos encara: "Vamos a trasladar el puesto comando, ¿Uds se pueden hacer cargo de cambiar las radios?. Si, por supuesto, fue nuestra respuesta. ¿A dónde?
A esa otra casa. Bien, le respondemos.
Esa otra casa resultó que era donde, anteriormente, estaba la estación costera Fox Bay East. Fuimos a verla y aprovechamos lo, que de alguna manera era lo dispuesto para una estación de radio.
¿Habrá más equipos? Si, ahí mismo, nos dice Medina. Vengan. Ahí fuimos los dos "peso pesado" de las radiocomunicaciones, 0,1ton c/u. Había de todo. "Necesitan algo", nos dice Medina. "Si, alguien que se pueda trepar a los techos" Se da vuelta, mira. ¡Chaco! Dale una mano a los señores en lo que te pidan para armar la radio.
La agilidad y disposición de este sargento, ya saben originario de donde, era espectacular. Nos complementamos fantástico porque lo que le pedíamos y explicábamos, lo entendía y lo conseguía. Fue un gusto compartir con él, esos momentos.
Interiormente, participar en algo productivo para la obtención del objetivo deseado era muy bueno. Daba sentido a nuestra estadía ahí.
Así, empezamos, instalamos los distintos equipos de radio, conseguimos baterías, cargador, densímetro, un CP del Buen Suceso, también él radio. Tramos de cable coaxil, conectores, soldador. Chaco se consiguió unos buenos caños, algunas antenas de VHF y fuimos instalando las antenas, lo más alejado posible de donde estabamos operando. Una prevención que resultó muy importante.
Con lo que había, armamos la nueva estación de radio antes de desarmar la reemplazada. De ese modo, no nos quedábamos sin comunicación, sobre todo con las secciones desplegadas.
Una vez verificado el funcionamiento, desarmamos la anterior estación, arranchamos todo el material para tener listo para reemplazos o armado de nuevos puestos.
Les cuento que las mochilas radio no funcionaban y no teníamos un solo manual para satisfacer nuestra ignorancia. Así que la red de comunicación estaba integrada por el teléfono alámbrico de los kelpers y los equipos de radioaficionados requisados.
"Listo, señor. ¿Nos podrá acompañar alguien hasta nuestro galpón?
"Miren muchachos, si tengo algún lío con la radio, tardo por lo menos media hora en ir a buscarlos y en que vengan, ¿por qué no se quedan acá con nosotros? Es lo mismo allá que acá. (por el riesgo) Nos dan una mano."
No había argumento en contra. Nos miramos con Raúl. Era obvio y así nos quedamos en un todo de acuerdo. Le avisamos a Robelo, que estaba por ahí para que le avisara al Capitán Dell'Ellicine, ya que él iba y venía hasta el galpón donde estaba la tripulación.
Otro punto de inflexión en la historia.

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